Distribución de la ganadería ovina y caprina
La ganadería ovina y caprina desempeña un papel vital en muchas economías rurales, proporcionando carne, leche, lana y pieles. Sin embargo, su impacto en los servicios ecosistémicos es diverso y supone tanto beneficios como desafíos ambientales.
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Ciclo de Nutrientes y Contaminación del Suelo: Las ovejas y cabras, al igual que otros animales de pastoreo, contribuyen al ciclo de nutrientes mediante la deposición de estiércol en los suelos. Este estiércol puede mejorar la fertilidad del suelo si se maneja adecuadamente. No obstante, la sobrepoblación y el pastoreo excesivo pueden llevar a la degradación del suelo, resultando en la pérdida de nutrientes y la compactación del suelo, lo que dificulta la infiltración de agua y el crecimiento de plantas.
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Erosión del Suelo: El pastoreo excesivo por parte de ovejas y cabras puede llevar a la degradación severa del suelo y la erosión. Las cabras, en particular, tienden a ser más destructivas en su forma de pastoreo, a menudo despojando la vegetación hasta las raíces, lo que deja el suelo expuesto y más susceptible a la erosión por viento y agua. Esto no solo reduce la productividad del suelo, sino que también puede causar la sedimentación de ríos y arroyos cercanos.
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Biodiversidad: La ganadería ovina y caprina puede tener tanto impactos positivos como negativos en la biodiversidad. En sistemas de pastoreo bien manejados, las ovejas y cabras pueden ayudar a mantener la diversidad de especies vegetales mediante la eliminación de especies dominantes y permitiendo que las especies menos competitivas prosperen. Sin embargo, el pastoreo excesivo puede llevar a la pérdida de biodiversidad, ya que la sobreexplotación de la vegetación reduce el hábitat disponible para otras especies y puede fomentar la invasión de especies vegetales no deseadas.
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Uso de Recursos Hídricos: La cría de ovejas y cabras requiere agua tanto para el consumo de los animales como para el riego de cultivos forrajeros en algunas regiones. En áreas áridas y semiáridas, esta demanda puede ejercer una presión significativa sobre los recursos hídricos locales. Además, el manejo inadecuado del estiércol y el uso excesivo de pastizales pueden contaminar fuentes de agua cercanas, afectando la calidad del agua para otros usos.
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Mitigación del Cambio Climático y Emisiones de Gases de Efecto Invernadero: Las ovejas y cabras, al igual que otros rumiantes, producen metano durante su digestión. Aunque su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero es menor en comparación con el ganado bovino, sigue siendo un factor a considerar. Las prácticas de manejo sostenible, como la mejora de la dieta y la gestión adecuada del estiércol, pueden ayudar a mitigar estas emisiones.
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Impacto en el Paisaje y Cultura: La ganadería ovina y caprina ha moldeado los paisajes rurales y las culturas locales durante siglos. En muchas regiones, estas prácticas agrícolas son parte integral de la identidad cultural y las economías locales. Sin embargo, la intensificación de la producción y la expansión de la ganadería a nuevas áreas pueden alterar los paisajes tradicionales y afectar las prácticas culturales y modos de vida establecidos.
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Control de Malezas y Prevención de Incendios: Las ovejas y cabras pueden desempeñar un papel beneficioso en el control de malezas y la prevención de incendios forestales. Su capacidad para consumir una amplia variedad de vegetación, incluidas las plantas invasoras, puede ayudar a gestionar el crecimiento excesivo de malezas. Además, al reducir la biomasa vegetal, pueden disminuir el riesgo de incendios forestales.
La fuente de información utilizada para el presente Servicio Ecosistémico es de elaboración propia perteneciente al Instituto Geográfico de Aragón (IGEAR) a partor del Censo Agrario de 2020 https://icearagon.aragon.es/portal/